Suelo imaginar historias que me encantaría vivir, desde muy pequeño siempre me gustó escribir, ya sea mis tristezas o alegrías. Con el tiempo eso se convirtió en mi rutina, pues al escribir me libro de unos sentimientos malditos, que a veces creo son demonios que en cualquier momento me atormentan para escribir, son como voces que me torturan. Al final es un mal placentero, porque disfruto mucho imaginando y soñando. Solo espero que con lo que leas aquí te identifiques y sientas lo que yo sentí al momento de escribir.

domingo, abril 22, 2012

Sutil

Tú me dices que no te quiero,
cuando te quiero más de lo que tu dices,
tú piensas que no te valoro,
cuando te valoro más de lo que piensas,
tú te desesperas para que yo hable,
cuando tú hablas más y desesperas,
a veces lo que más deseo es que tu voz se pierda en el viento,
para mirar tus cabellos en el brillo del sol,
pero más me pierdo yo en el viento
y me quemo con tus palabras de sol.
Tú me dices que yo no hago nada,
cuando hago más de lo que tú haces,
todo se alborota cuando sueltas y sueltas voces, letras...
y mi voz y mi ira también se alborotan...
Yo no sé pedir perdón como lo hacen los humanos,
como el humano que tú quisieras,
yo simplemente sé pedir perdón... así,
aquí.