Suelo imaginar historias que me encantaría vivir, desde muy pequeño siempre me gustó escribir, ya sea mis tristezas o alegrías. Con el tiempo eso se convirtió en mi rutina, pues al escribir me libro de unos sentimientos malditos, que a veces creo son demonios que en cualquier momento me atormentan para escribir, son como voces que me torturan. Al final es un mal placentero, porque disfruto mucho imaginando y soñando. Solo espero que con lo que leas aquí te identifiques y sientas lo que yo sentí al momento de escribir.

domingo, julio 28, 2013

La Estación

Va siendo hora de partir, ya tengo las maletas listas, el tren está por llegar, estoy a un paso de dejar en la estación todo aquello que me ha hecho tanto pero tanto daño. Guardaré en mi cuaderno todos los sueños que tenía en esta ciudad y compraré otro para dibujar los que tendré en la próxima. Se puede escuchar a la gente murmurar, nadie puede estar en silencio, aun no entiendo porqué la gente puede hablar en una mañana tan fría cuando puede simplemente pensar y guardar energías. Yo si permanezco en silencio, no digo ni murmuro nada, porque se aprecia mejor el tiempo, porque se piensan mejor las cosas, porque hablas contigo mismo y de paso también con Dios, no digo nada porque el tiempo me dará la razón, cambiará las cosas, todo está escrito, para qué hablar, no vale la pena. 

Compro un café para endulzar y calentar la mañana, el sol no ha aparecido varios días y creo que tampoco tiene ganas de aparecer, está en su momento de jugar al escondite detrás de las nubes, pero las nubes son frágiles, y al final el juego se le acabará y tendrá que aparecer, y cuando aparezca feliz a dar calor ya estaré acostumbrado a este frio infinito, y me quejaré preguntándome "¿Por qué hace tanto calor? Ya había olvidado el sol" y buscaré un lugar frio donde esté feliz y contento.

Me termino el café, ha pasado una hora, el ruido de la gente continua, muchos desesperan por partir pronto, yo también, pero en silencio como mencioné antes. Después de una hora y media de espera y de beber un café, escribir un poco, llega el tren. Es hora de partir. ¡Hasta pronto ciudad de mis viejos sueños!  me voy gracias a la Luna, lejos de aquí, donde nuevamente vuelva a pintar un par de sueños mas.

lunes, julio 22, 2013

No va a servir de nada

Ni en las mas infinitas noches tristes,
el viento dejó solo a la noche,
ni en las mas altas temperaturas,
la arena dejó el desierto,
porque la noche sin viento no es la noche,
porque el desierto sin arena no es el desierto,
a veces lo único que se necesita es lo mas simple,
un "todo estará bien" sin muchas explicaciones,
porque la razón no funciona en la tristeza,
y el corazón se vuelve un rebelde triste.

Todo se acumula para explotar al mismo tiempo,
estoy cansado de escribirle a nadie,
mis letras como a mis palabras, se las lleva el viento.


viernes, julio 19, 2013

Acromático

Las tristezas más grandes se escriben con unas ganas de morir infinitas...
Todo es gris, casi negro, poco blanco...
Negro de luto, blanco de las pocas esperanzas que quedan... Un maldito color tibio para describir lo que siento...
Un color que me dice que estoy entre la felicidad y la locura, entre la muerte y la vida, entre lo que soy y lo que no quiero ser...
Quedan pocas ganas de seguir, de ser y no ser, de dejarme caer en el aire y sentir el impacto que veo venir siempre que se me ocurre querer salir a volar un rato, volar con las alas rotas... Sin darme cuenta que no he tenido tiempo ni quien quisiera verme en verdad volar....

Ojalá y estuviera tan lejos, olvidarme simplemente de lo que es vivir y luchar por estar de pie...

Tan acromático mi corazón...

miércoles, julio 10, 2013

Llámame, pero sin elle.

Escribiré el proceso,
cada momento,
cada hora que se te olvida,
con tristeza y con amor,
sin tí y contigo,
escribiré cómo es que me matas,
el corazón no estaba listo,
lo encontraste trizado,
apretaste, lo rompiste,
tu paciencia es poca,
traerás las escoba,
y el polvo y los cristales,
pues si,
se irán a la basura.

Llámame pronto,
que el corazón se apresura,
palpita fuerte, se cansa,
llámame como yo a tí,
llámame sin pensar,
déjate ell-levar,
suprime la elle,
regresa al primer verso,
o vete al final,
tu decides,
vete de aquí.