Suelo imaginar historias que me encantaría vivir, desde muy pequeño siempre me gustó escribir, ya sea mis tristezas o alegrías. Con el tiempo eso se convirtió en mi rutina, pues al escribir me libro de unos sentimientos malditos, que a veces creo son demonios que en cualquier momento me atormentan para escribir, son como voces que me torturan. Al final es un mal placentero, porque disfruto mucho imaginando y soñando. Solo espero que con lo que leas aquí te identifiques y sientas lo que yo sentí al momento de escribir.

domingo, agosto 15, 2010

Balas Congeladas

Nos quedaban dos balas,
una para ti, otra a mi,
nos miramos a los ojos,
y si, como dos asesinos,
nos miramos a los ojos,
y sin mas nos apuntamos,
parpadeaste dos veces,
tomaste aire, yo también,
y si, disparamos
directamente al corazón.
La distancia que teníamos,
el uno del otro eran
kilómetros de silencio
angustia, y ganas de morir.

Esas dos balas definirian,
lo que quizá ahora,
será nuestro futuro,
cerré los ojos,
esperé paciente el impacto,
pero nunca sentí nada
hasta que por fin abrí los ojos,
miré tus ojos aun cerrados,
y me fijé en las dos balas,
estaban estáticas,
quietas,
las balas congeladas,
no llegaron a mi pecho,
no llegaron a tu pecho,
abriste los ojos,
te diste cuenta,
y sonreíste,
realmente no merecemos morir,
que esto es mas fuerte
que el daño que podrían causar
esas dos balas congeladas.
El tiroteo por fin acabó.


--->> Asesino
--->> Asesina

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